6 de agosto de 2008

Desde San Antonio Huista, en Guatemala

¡Hola! Amigas y amigos, les estoy escribiendo desde un pueblo que se llama San Antonio Huista, en Guatemala. Es muy similar al pueblo de mis abuelos solo que en lugar de campesinos hay indígenas de la etnia Potosí.

Han sido cinco días increíbles, he conocido a Rubén, un hombre de unos 65 años, que es el coordinador de la asociación que lleva los proyectos que evaluamos. El estuvo 30 años en la ORPA- la guerrilla guatemalteca- es sorprendente la manera en que ha organizado la comunidad y como han ejecutado los proyectos todos ellos de tipo productivo, (ahora soy una experta en abono orgánico, cultivos de milpa y frijol y cuidado de aves de corral) en fin, escucharle hablar es un placer.

Ahora hay un problema en el país porque quieren institucionalizar el uso de unas minerías en lo alto de las montañas lo cual generaría riesgos tóxicos de todo tipo para la comunidad.

Rubén aprovecha nuestra visita y después de presentarnos en los grupos lanza unos discursos que no tendrían nada que envidiarle a los del subcomandante Marcos. Es entrañable, y yo, como la gente, me quedo atónita escuchándole y luego de un suspiro me apunto al ¡Abajo las minerías! Sencillamente admirable. Entre este hombre y el montón de mujeres que he conocido, todas lideresas comunitarias, se me esta abriendo el corazón. ¡Cómo necesitaba esto! Vida, ¡¡¡Mucha vida!!!
Mañana terminamos aquí y nos vamos a valorar una maestría también de líderes comunitarios. Espero seguir tropezando con otras lucecitas y llegar con buena energía a Colombia.
Un beso camaradas y hasta pronto,
Ana (Gamba)