27 de diciembre de 2008

Compañeras, compañeros de trabajo de cualquier lugar

En la cotidianidad del trabajo se forman largas amistades y como en la guerra, conocemos lo más sublime y lo más oscuro de la condición humana; escuchamos palabras mágicas que curan un mal momento; palabras hermosas pero envenenadas que buscan hacer daño profundo pero sin que quede una huella ante los ojos de los demás.
Compañeras, compañeros de trabajo de cualquier lugar, todo lo que podría ser armonía y construcción en algunos casos se convierte en competencia, pero no en sana competencia para contribuir al avance de los objetivos, se convierte en deseo de aparecer bien y con resultados frente a los ojos de la jefe, el jefe y quienes le rodean. Así, así no vale la pena.
Y los comentarios que no pasarían de ser comentarios se llevan a terceras personas con un carga de subjetividad que hace perder la objetividad sin un contexto y que lamentablemente llaman "lealtad". ¿Lealtad? Es una vulgar distorción del concepto.
En la lucha por la independencia de España, alguna vez dijo Simón Bolívar que "si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella" y algo parecido podríamos decir en las relaciones de trabajo y la condición humana.

30 de septiembre de 2008

Querida Blanca

Blanca Sabogal, la vida se alejo de ti a los 72 años pero diste la dura batalla por tenerla.
Con dolor te despedimos. “Siempre es amargo el adiós” pero la presencia de ti como mujer campesina, mujer que se forjó amasando la tierra, amasando pan, cuidando las vacas, plantando en la huerta, cuidando a sus hijas, a sus hijos; mujer que amó a su nieta Adriana con el tierno azul de la inmensidad; mujer que danzó por las tablas envejecidas del suelo del corredor de su finca en Choachi, muy cerca de Bogotá, mujer, mujer, mujer…Mujer extraordinaria.
Blanca, dejaste instalada en tu desendencia, una cualidad en extinción: la honradez y, les regalaste en cada día, la apropiación de la tenacidad y el amor al trabajo pero las dificultades de la vida en el campo, la educación recibida y otras tantas circunstancias de las que no voy a escribir un tratado, hicieron que te olvidaras de ti. Una enseñanza más para quienes te rodearon.
Blanca, gracias, con mucho amor, gracias. Yo también recibí de ti y disfruto de la presencia y la compañía de quienes gracias a ti tienen la vida.
Hasta siempre
Fabiola

6 de agosto de 2008

Desde San Antonio Huista, en Guatemala

¡Hola! Amigas y amigos, les estoy escribiendo desde un pueblo que se llama San Antonio Huista, en Guatemala. Es muy similar al pueblo de mis abuelos solo que en lugar de campesinos hay indígenas de la etnia Potosí.

Han sido cinco días increíbles, he conocido a Rubén, un hombre de unos 65 años, que es el coordinador de la asociación que lleva los proyectos que evaluamos. El estuvo 30 años en la ORPA- la guerrilla guatemalteca- es sorprendente la manera en que ha organizado la comunidad y como han ejecutado los proyectos todos ellos de tipo productivo, (ahora soy una experta en abono orgánico, cultivos de milpa y frijol y cuidado de aves de corral) en fin, escucharle hablar es un placer.

Ahora hay un problema en el país porque quieren institucionalizar el uso de unas minerías en lo alto de las montañas lo cual generaría riesgos tóxicos de todo tipo para la comunidad.

Rubén aprovecha nuestra visita y después de presentarnos en los grupos lanza unos discursos que no tendrían nada que envidiarle a los del subcomandante Marcos. Es entrañable, y yo, como la gente, me quedo atónita escuchándole y luego de un suspiro me apunto al ¡Abajo las minerías! Sencillamente admirable. Entre este hombre y el montón de mujeres que he conocido, todas lideresas comunitarias, se me esta abriendo el corazón. ¡Cómo necesitaba esto! Vida, ¡¡¡Mucha vida!!!
Mañana terminamos aquí y nos vamos a valorar una maestría también de líderes comunitarios. Espero seguir tropezando con otras lucecitas y llegar con buena energía a Colombia.
Un beso camaradas y hasta pronto,
Ana (Gamba)

28 de mayo de 2008

A mi hermana, a mi madre

Querida hermana y querida mamá:

¡Cómo duelen estas prematuras ausencias! Estas súbitas partidas, estas muertes sin razón en una Colombia que ha perdido el rumbo pero con la fortuna de contar con soñadoras, con soñadores que intentamos decir, contar, gritar desde la palabra con el artículo, el reportaje, la tertulia, el cuento, el poema… pero nuestras voces se pierden en el marasmo, en los altavoces de quienes se han enseñoreado con las armas para sembrar de terror los campos, las ciudades, las almas, los cuerpos de quienes pensamos y sentimos esta tierra tan llena, paradójicamente, de amor y de locura de vida, ansiosas de justicia y paz.

Hermana, mamá, la pérdida de un hijo, es parte de la muerte de una madre. Los lloramos, nos desgarramos, gritamos nuestra rabia e impotencia. Es nuestra urgencia y necesitamos hacerlo para que un día cicatrice, cicatrice esa herida, sólo que hoy sobre la cicatriz aparece otra herida en la historia familiar.

Pero hoy necesitamos, también como otra urgencia, recordar a nuestros ausentes como los idealistas que fueron cada uno dentro de su momento y del momento del país, recordarlos en su alegría y sus demencias, recordarlos en sus errores y en su inmensa capacidad de querer cambiar este país, una tarea bastante grande, esquiva e inalcanzable hasta nuestros días.

Amparo, Pastora, gracias por esa fortaleza que admiro desde el rincón que la siento a cada una. De las dos he aprendido tanto por lo que deseo hacer como por aquello que no me gusta o no comparto. Gracias hermana mayor, gracias mamá. Mis hermanos, mi hijo, mis sobrinos se han marchado pero siguen vivos y seguimos nosotras.

Se acaba de marchar Andrés Felipe y con él se fue un joven poeta que nos dejó sus versos y, hermana, tenemos también tus versos que aún necesitan ver la luz.

Un cósmico abrazo, un grito de rebeldía

Fabiola

17 de abril de 2008

A la nueva élite de la vieja izquierda

Muchachos y muchachas de la viejas guardia:

Mucha agua pasó debajo del puente durante los últimos veinte años, cambios desde luego en el contexto y en la vida personal; nuevas visiones que en algunos casos podríamos considerar como acertados en la medida que continúan buscando unas mejores condiciones de vida para unos y otras y que constituyen esas denominadas “amplias mayorías”

Si hablásemos de una relación estrictamente personal diríamos que los afectos permanecen, en ocasiones muy a mi pesar, pero están, con excepciones claro está, porque fueron muchos los duros momentos, numerosas las pérdidas, muy profundo el compromiso de altruismo, grandes los sueños…y enormes las apuestas. “Arriba los pobres del mundo, en pié los esclavos sin pan…”

No era la letra de un himno, era la vida misma, era la esperanza del día a día. Pero amigas y amigos, aumentaron los asesinatos, las amenazas, el exilio y para muchos-muchas la pérdida de su norte. Sintieron la soledad política y se sumaron a toldos que en aquellos tiempos eran impensables. No entraré en razones ni en juicios porque las denominadas vanguardias cumplieron, si no su papel histórico, si el de promover el cambio, y llegó la pluralidad, huérfana de formas orgánicas y de dirigentes.

Quizá recuerden aquello que decía el dirigente chino “Gran conmoción, gran división, gran reagrupamiento”. Y los cambios que se empezaron a operar en la izquierda desde la firma de los acuerdos con Belisario Batancur en 1984, que trajo como resultado entre otros, dinámica política del movimiento social, el asesinatos de dirigentes, la toma del Palacio de Justicia, la séptima papeleta y la Constitución de 1991. Y sí hubo reagrupamiento pero no hubo cambio en las formas de pensar y actuar. La vieja izquierda se dejó absorber de los partidos Liberal y Conservador y en lugar de incidir en ellos, sucumbió a su estilo. Continúo el bipartidismo

El caciquismo, el clientelismo, los intereses de pequeños grupos, la falta de contacto con el movimiento social, el elitismo son características de la forma de hacer política en este país (sin olvidar la corrupción) y cambiar esas conducta fue un reto para la izquierda, la vieja izquierda -concepto que habrá que redimensionar- y un campanazo para la nueva élite (de esa vieja izquierda) que independientemente en que espacio se encuentre, está llamada a entregar a la sociedad parte de su aprendizaje humanista, compromiso social y su talante ético.

Un abrazo en espera de reflexiones y cambios

Amalia

7 de marzo de 2008

La muerte de Bernardo Gutiérrez



Apreciados amigos, amigas y viejos camaradas:


El 23 de febrero murió en Roma Bernardo Gutiérrez quien fuera comandante del Ejército Popular de Liberación, dirigiese el abandono de armas y entregase la suya a la Asamblea Nacional Constituyente que dio vida a una nueva Constitución en Colombia, luego fuese senador de la República y posteriormente diplomático.
Bernardo fue un hombre controvertido, poco convencional, alegre, rumbero, bebedor y sobre todo, un hombre que aportó a la paz de este país.
Mis dudas frente a él, nos alejaron durante cinco años, explicaciones que me dio en Roma, en una terraza en el barrio Trastevere, mientras saboreábamos un café con hielo. Con algunas me quedé satisfecha, otras las dejé en el campo de las reservas.
Lo vi por última vez, en Madrid el pasado noviembre. Me llamó para decirme: “Yo no sé si vos me querés ver, pero yo si te quiero ver”. Acordamos el lugar y la hora y me acompañó en la travesía que yo tenía pendiente ese día. Finalmente nos sentamos a comer y relajadamente retomamos alguna vieja conversación y sus deseos de regresar a Colombia y terminar su libro, hablamos de viejas y nuevas batallas y comunes amistades
Bernardo se encontraba sin trabajo y sin dinero y con la esperanza que a su regreso a Italia, le dijeran que había superado el cáncer. Pero no fue así, llegó a internarse en un hospital y a vivir de la solidaridad, no de la limosna .
A Bernardo no le quedó otro camino que el exilio. El gobierno no le asignó una plaza en la que no peligrara su vida. Las FARC no le perdonaría nunca el abandono de sus filas y otros cuantos tampoco lo querían en el país.
Quizás pensar en la situación que murió Bernardo, me haga cuestionar ese llamado que hizo Rosemberg Pabón (ex dirigente del guerrillero M19 y hoy parte del gobierno de Álvaro Uribe), a los que se encuentran fuera del país para que regresen porque “hoy existen condiciones para un trabajo digno, para mejorar la calidad de vida de sus hijos”. ¿Tiene el gobierno una política para los exiliados? De acuerdo a la consulta hecha a algunos conocedores, no existe, menos aún para los cuatro o cinco millones que se encuentran emigrados.
Me preguntaba alguien sobre la situación económica de Bernardo: ¿Por qué no se hizo un capital para el futuro? Todo parece indicar que quienes tienen otra manera de pensar su cotidianidad cuentan con poco espacio en este sistema nada plural, quizá por eso, los anarquistas que le conocieron en los últimos años, le abrieron la puerta. Bernardo vivió el ahora y lo vivió con intensidad y con locura, vivió con metidas de pata pero convencido y lo que no vale la pena hoy es endiosarlo, su irreverencia no lo hubiese permitido. Fue un hombre. Lo lloré y me dolió su muerte porque fue él y como él, vivió y murió, y porque con John Donne puedo decir que la muerte de cualquier hombre me disminuye, puesto que estoy implicada en la condición humana, por lo tanto nunca busques saber por quién doblan las campanas, están doblando por ti.
Un saludo,
Amalia

5 de febrero de 2008

Carta de familiares sobre la marcha del 4 de febrero: No en nuestro nombre, ni en el nombre de los nuestros

Nosotras y nosotros, familiares y dolientes de nuestros seres queridos que han perdido su vida o su libertad en manos de las FARC, que hemos arrastrado el dolor en la indiferencia general, que hemos sufrido la prepotencia y la inhumana rigidez de los verdugos, que hemos soportado la inflexibilidad del presidente Alvaro Uribe Vélez y el ser humillados por el gobierno colombiano. Nosotros y nosotras recibimos con alegría el anuncio de la liberación de Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez y Orlando Beltrán, agradecemos una vez más la disposición del gobierno de Venezuela para recibirlos y, esperamos el compromiso público del gobierno colombiano para garantizar que no habrá operativos militares que expongan sus vidas. Nosotras y nosotros, queremos agradecer la espontánea y generosa solidaridad de millones de jóvenes, hombres y mujeres, que impactados por el agonizante testimonio de los sufrimientos sin fin de nuestros seres queridos están dispuestos a movilizarse este lunes. Nosotras y nosotros, las madres, los padres, las hijas, los hijos, hermanas y hermanos de los civiles, militares y policías cautivos, de aquellos que han perecido anhelando su libertad, les llamamos a que dicha movilización, se convierta en un llamado a la paz de Colombia, en repudio a los crímenes de todos los actores armados, pero sobre todo a la imperiosa e improrrogable necesidad de un acuerdo humanitario que posibilite la liberación de los nuestros. Si no es así, les rogamos a los corazones generosos que no marchen. No en todo caso en nuestro nombre, ni en nombre de los nuestros. No queremos más polarización, no queremos más violencia, no queremos más operaciones militares para rescatar a los nuestros, ni para cercar a los captores y cautivos que los exponen a la muerte inminente. Nosotras y nosotros, queremos reivindicar los esfuerzos genuinos de todos aquellos y aquellas, que se han movilizado y se movilizan en Colombia o allende las fronteras por la liberación de los nuestros. Nosotras y nosotros agradecemos las gestiones de los gobiernos de Francia, de Suiza, de España, de la Iglesia católica y, llamamos a que contribuyan a la reconciliación entre los gobiernos de Venezuela y Colombia, somos pueblos hermanos. El presidente Chávez puede aportar no solo a la liberación de los nuestros, pero puede contribuir de manera decisiva a la paz de Colombia. Queremos también agradecer a Piedad Córdoba, quien desde su experiencia por haber sufrido en carne propia el secuestro, por su condición de mujer y liderazgo político a favor de los derechos humanos de todos y todas, porque se ha jugado su libertad y su vida por la defensa de la dignidad del ser humano, hoy es estigmatizada, perseguida, ofendida, agredida por almas equivocadas o manipuladas a favor del silencio o del exterminio. Les pedimos que no se movilicen hoy o en todo caso no en nuestro nombre ni el nombre de los nuestros si lo van a hacer a favor de la polarizacion y de la guerra. Hoy que se levantan sentimientos patrióticos profundos, les llamamos a todas y todos ustedes para que invoquen como sentido de patria, el amor y el respeto al ser humano de todas las colombianas y colombianos, no debemos seguirnos hiriendo, ni matando entre nosotros. Queremos la paz, pero no la paz de los sepulcros, queremos la justicia pero que sea aquella que defiende por igual al humilde o al poderoso, queremos rescatar ugentemente a los nuestros pero que nadie con un mínimo sentido de la inteligencia y del pudor social, contribuya de manera equívoca a la muerte de nuestros seres queridos. Si no lo entienden así, les rogamos que no marchen, en todo caso no en nuestro nombre ni en nombre de los nuestros.

Yolanda Pulecio
Astrid BetancourtSiguen más firmas

Pas en notre nom, pas au nom des nôtres.
Nous tenons à remercier les millions de jeunes, d'hommes et de femmes, qui heurtés par les témoignages poignants de la profonde souffrance de nos êtres bien aimés, sont disposés à se mobiliser aujourd'hui. Nous, parents et amis de ceux qui ont perdu leurs vies et leur liberté aux mains des FARC, nous qui portons derrière nous la douleur dans l'indifférence, nous qui avons souffert de l'arrogance et de l'inhumaine rigidité des bourreaux, nous qui avons du supporter l'infléxibilité du président Uribe Velez et d'être humilier par le gouvernement colombien. Nous avons reçu avec joie l'annonce de la liberation de Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez y Orlando Beltrán, nous remercions une fois encore la bonne disposition de gouvernement du Vénézuela pour le recevoir et attendons l'engagement public du gouvernement colombien pour garantir qu'il n'y aura pas d'opérations militaires qui mettront leur vie en péril. Nous, mères, pères, filles, fils, soeurs et frères de civils, de militaires, de policiers captifs, nous, familles de ceux qui ont péri aspirant à la liberté, vous appelons à transformer cette mobilisation en un appel pour la paix en Colombie, en un refus de toute forme de recours à la violence par tous les acteurs armés, et nous devons, pardessus tout, unir nos forces pour faire face au besoin impérieux d'un accord humanitaire qui puisse permettre enfin la libération des nôtres. S'il n'en est pas ainsi, nous demandons aux coeurs généreux de ne pas se mobiliser. En tous cas, pas en notre nom, pas au nom des nôtres. Nous ne voulons plus de polarisation, nous ne voulons plus de violence, nous ne voulons plus d'opérations militaires pour la libération des otages, nous ne voulons pas que les kidnappeurs et kidnappés soient encerclés car cela les exposerait à une morte certaine. Nous tenons également à remercier pour leurs efforts authentiques, tous ceux et toutes celles qui se sont mobilisés et qui se mobilisent encore en Colombie et au-delà des frontières pour la libération des nôtres. Nous remercions les gouvernements de la France, de la Suisse, de l'Espagne et de l'Eglise catholique et nous les appelons à contribuer à la réconciliation entre les gouvernements de la Colombie et du Venezuela, nous qui sommes des peoples frères. Le président Chavez peut non seulement apporter beaucoup à la libération des otages, mais il peut aussi contribuer de manière decisive à la paix en Colombie. En outre, nous souhaitons témoigner notre gratitude à Piedad Córdoba, qui a elle aussi été victime d'une prise d'otage. Par son courage, par sa condition de femme leader en faveur des droits humains de tous et de toutes, parce qu'elle a joué sa liberté et sa vie pour la défense de la dignité humaine, elle est aujourd'hui poursuivie, offensée, agressée par des âmes erronées ou manipulées au profit de la guerre. Nous vous demandons de ne pas vous mobiliser aujourd'hui, en tout cas, pas en notre nom, pas au nom des nôtres, si cette mobilisation est en faveur de la polarisation et de la guerre. En ce jour, où l'on manifeste des sentiments patriotiques profonds, nous vous invitons tous et toutes à invoquer la patrie dans le sens de l'amour et du respect de l'être humain de toutes les colombiennes et de tous les colombiens, nous devons cesser de nous blesser les uns les autres, nous devons cesser de nous entretuer. Nous voulons la paix, mais pas la paix des tombes, nous voulons la justice, mais une justice qui défende de la même manière le plus humble et le plus puissant, nous voulons délivrer les nôtres au plus vite, mais que personne avec un minimum d'intelligence et de pudeur sociale ne contribue de manière erronée à la mort des êtres qui nous sont chers. Si vous ne l'entendez pas de cette manière, nous vous prions de ne pas marcher, en tout cas, pas en notre nom, pas au nom des nôtres.

Yolanda Pulecio
Astrid BetancourtSiguen firmas