7 de marzo de 2008

La muerte de Bernardo Gutiérrez



Apreciados amigos, amigas y viejos camaradas:


El 23 de febrero murió en Roma Bernardo Gutiérrez quien fuera comandante del Ejército Popular de Liberación, dirigiese el abandono de armas y entregase la suya a la Asamblea Nacional Constituyente que dio vida a una nueva Constitución en Colombia, luego fuese senador de la República y posteriormente diplomático.
Bernardo fue un hombre controvertido, poco convencional, alegre, rumbero, bebedor y sobre todo, un hombre que aportó a la paz de este país.
Mis dudas frente a él, nos alejaron durante cinco años, explicaciones que me dio en Roma, en una terraza en el barrio Trastevere, mientras saboreábamos un café con hielo. Con algunas me quedé satisfecha, otras las dejé en el campo de las reservas.
Lo vi por última vez, en Madrid el pasado noviembre. Me llamó para decirme: “Yo no sé si vos me querés ver, pero yo si te quiero ver”. Acordamos el lugar y la hora y me acompañó en la travesía que yo tenía pendiente ese día. Finalmente nos sentamos a comer y relajadamente retomamos alguna vieja conversación y sus deseos de regresar a Colombia y terminar su libro, hablamos de viejas y nuevas batallas y comunes amistades
Bernardo se encontraba sin trabajo y sin dinero y con la esperanza que a su regreso a Italia, le dijeran que había superado el cáncer. Pero no fue así, llegó a internarse en un hospital y a vivir de la solidaridad, no de la limosna .
A Bernardo no le quedó otro camino que el exilio. El gobierno no le asignó una plaza en la que no peligrara su vida. Las FARC no le perdonaría nunca el abandono de sus filas y otros cuantos tampoco lo querían en el país.
Quizás pensar en la situación que murió Bernardo, me haga cuestionar ese llamado que hizo Rosemberg Pabón (ex dirigente del guerrillero M19 y hoy parte del gobierno de Álvaro Uribe), a los que se encuentran fuera del país para que regresen porque “hoy existen condiciones para un trabajo digno, para mejorar la calidad de vida de sus hijos”. ¿Tiene el gobierno una política para los exiliados? De acuerdo a la consulta hecha a algunos conocedores, no existe, menos aún para los cuatro o cinco millones que se encuentran emigrados.
Me preguntaba alguien sobre la situación económica de Bernardo: ¿Por qué no se hizo un capital para el futuro? Todo parece indicar que quienes tienen otra manera de pensar su cotidianidad cuentan con poco espacio en este sistema nada plural, quizá por eso, los anarquistas que le conocieron en los últimos años, le abrieron la puerta. Bernardo vivió el ahora y lo vivió con intensidad y con locura, vivió con metidas de pata pero convencido y lo que no vale la pena hoy es endiosarlo, su irreverencia no lo hubiese permitido. Fue un hombre. Lo lloré y me dolió su muerte porque fue él y como él, vivió y murió, y porque con John Donne puedo decir que la muerte de cualquier hombre me disminuye, puesto que estoy implicada en la condición humana, por lo tanto nunca busques saber por quién doblan las campanas, están doblando por ti.
Un saludo,
Amalia

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