23 de enero de 2006

Querida amiga

Mi querida amiga, hermanita, hermanita aunque más mayor yo. Recibí tu carta, esa larga que me escribiste, pero si escribiste otra, no llegó; mi dirección sigue siendo la misma; sigo en la casa que tu conociste.
Así que esta tardanza en contestarte ha sido por vaguería, más bien por aquello de mañana escribo, mañana escribo, y cuando me quiero dar cuenta....... pues eso, han pasado un montón de días.
AMIGA, TENGO UNA NOTICIA MARAVILLOSA. ¿Te acuerdas de esa plantita pequeñas de violetas, que te regalamos el mismo día que pisaste Brasilia, que tenemos en casa y que cuidábamos tú y yo, yo y tú? ¿Te acuerdas que perdió todas las flores pero que seguíamos cuidando? Bueno, un día no me acuerdo cuándo, la cambié de lugar, pensé que necesitaba un poquito más de luz, así que la instalé en el mueble aquel donde cuelgo los sombreros; allí estaba ella tan ricamente; de pronto un día, hace como mes o mes y medio, me di cuenta que tenía unos pequeños brotes, promesa de flores futuras; la he mirado todos los días, la he observado, coloqué agua en su platito, fueron naciendo flores, hoy una, al día siguiente, otra y así, así, así, como unos quince días antes de que empezara la primavera, finales de septiembre, tu planta estalló en flores, en violetas, como si un arrebato empujara sus entrañas hacia nosotras. He tardado en escribirte, es cierto, pero todas las mañanas antes de ir a trabajar has estado en mis pensamientos, tu planta, nuestra planta, florecía, florecía exuberante; todos estos días he pensado que el renacer de las violetas era un homenaje a ti, a mí, a nuestra amistad, nuestra hermandad, que aunque nos echemos de menos, no es menos tangible, a partir de esos pequeños detalle de la vida, a los que damos su, nuestro, significado.
Tus nudos personales son como las plantas, poco a poco se van deshaciendo y las flores surgen, surgen tus posibilidades, tus retos y desafíos, tus realizaciones personales a través de las personas, de los quehaceres, de las relaciones, de las tareas de trabajo programadas y luchadas desde hace mucho tiempo.
El invierno existe, la primavera se manifiesta, salta a la ventana que es nuestra vida; amiga nuestras vidas tienen sus primaveras, de renacer, volver a florecer; sus veranos que requieren una cierta calma para que madure el florecimiento anterior; sus otoños, esa caída de hojas de consumación y una vislumbrada más que cierta caída de etapas que vamos terminando poco a poco; el invierno ese recogimiento interior que es necesario para volver a renacer.
Me ha alegrado todo lo que me contaste de Conchi, Ernesto y Lucía. te das cuenta de todo lo bueno que tiene esa vida que se va labrando, esas etapas que van conquistando, esos caminos que se van abriendo. ¿Te das cuenta como va fructificando todo lo que tú y Tu Juanma habéis sembrado? Yo siento mucha alegría por todo eso; seguro que tú aún tienes algún puntito-detalle del que reclamar, pues te conoces todos los puntitos y detalles; pero fíjate también en todo lo conseguido.
Yo estoy muy bien; para el día 15 de este mes vuelvo para Sao Pablo, para aquello de las camas, colchones y un poquito de ajuar para la casa; un mínimos para que cuando vayamos llegando tengamos dónde sentarnos, donde tomar un cafecito y un vasito de agua. Creo que este es el momento de emplear mis energías en ir rematando este proyecto para que quede listo y que sea habitable. Me hace mucha ilusión estas tareas, como dicen aquí quiero caprichar, es decir, emplear todo lo que una tiene de mejor para que quede bonito; y esto lleva su planificación y su tiempo, pero lo estoy viviendo con tranquilidad y disfrute, disfrute con calma, con equilibrio.
Tampoco desatiendo mi día a día. Sigo con mi trabajo habitual con uno que otro problemita pero nada importante.
Un abrazote muy fuerte. Te echo de menos.
María

No hay comentarios: